Clocks - Coldplay

El hogar...¿ A dónde quería ir ?
 
 

 
 
 
 

Hablo de resiliencia

Resiliencia es la capacidad de reaccionar de la mejor forma ante las adversidades inesperadas que se nos presentan en la vida. Es crecer con la adversidad. Luchar entre la burbuja y el valor. Da igual a veces el problema por el que se luche sino la lucha, el valor y la fuerza de encontrarse con uno mismo. Si el alma se siente liberada, encuentra su fuerza vital para cualquier lucha, podrá ver así las puertas de la Fe y la Esperanza que son pilares importantes para sostenerse en los momentos que decimos “Estoy bien”, aunque no sea así, porque necesitamos creer que estamos bien y convencernos de ello.
La fuerza interna de las personas son las garras con las que nos agarramos a la vida, la resiliencia. La burbuja se habita cuando un problema atormenta de nuevo nuestros días, cuando sentimos que no podemos y cuesta respirar. No saber diferenciar lo real de lo que la mente engaña precisamente por no saber comunicarlo… No hablar, no pedir ayuda… Sentirse perdidos en el vacío y sentir gran hastío por no saber comunicarlo ni expresarlo…
Tratando de avanzar pero sintiendo cómo cuesta respirar, cómo el cuerpo se quiere dejar al mejor postor, cómo pesa hasta un suspiro y todo pierde sentido. Es ahí cuando queremos entrar en la burbuja, donde se está calentita y cómoda, donde no llega el daño ni dolor a molestarnos, o eso creemos…
Saliendo de ella vemos más miedos y muros más altos porque somos aprendices y eso también debemos saber y llevarlo con madurez. Crecemos con la adversidad sacando fuerzas sin saber de dónde. A seguir enfrentando miedos y pasando muros siempre con la mejor línea curva que todo lo puede, la gran sonrisa, y con la mayor voluntad. Que tampoco pasa nada por quebrar en el intento porque es parte de ser humanos, desesperar, llorar, temblar, correr y retroceder pero sólo para coger impulso…
Quizás hagamos referencia a la resiliencia, al valor de levantarse de la cama después de malas noches, o de problemas que nos ciegan las puertas.
Quizás el valor de enfrentarnos a la sensación que siempre impregna nuestro cuerpo, a la sensación de ser escurridiza con la gente para no molestarles. a la sensación que se procesa al poseer extremada sensibilidad con el resto y tomarlo todo como muy doloroso e hiriente porque todo nos afecta cuando nuestra fortaleza se siente amenazada y nuestra confianza tambalea….
El valor cuando se une al coraje al sentirnos marionetas, al sentir que no puedes controlar ni decidir. Al ver como los días pasan y pasan y como si los hilos de tu vida no pudieras llevar.
Crees que todo lo haces mal, que en todo lo que pongas tu mano se estropea, todo molesta, todo es tomado con la peor de las intensiones y sólo se ven muros…
Valor cuando sacas tu martillo de la peor flaqueza para romper con todo lo que se ponga por delante.
Cuando reconoces que el mundo es incomprensible por las trabas y pegas que vemos cada día hasta de quienes menos las esperamos. Un mundo a veces ilógico, unos siempre ocupados que olvidan el lado en el que un día estuvieron, otros sólo un nombre vacío porque más no encontrarás…
Otros simplemente no valoran y a otros lados miran junto a los que no quieren saber, unos viven en su mundo sembrando flores negras para quemar, unos luchan para que algo de humanidad no desaparezca por completo… Y yo, me digo muchas veces, que prefiero mi cristal cuando el miedo me puede. Cuando luchas entre la burbuja y el valor, buscando los hilos para reconstruir una vida, que tratas de labrar en palabras, encuentras una forma de enfrentar luchando con las caretas y vacíos que siempre acompañan tus latidos bañándote en la soledad que se procesa al no afrontar las cosas.
Como cualquier cuento que comienza que no sabes cómo acaba, como cualquier muñeca rota que trata de ponerse en pie, como cualquier careta que se cae y se mira fijamente, buscando reflexión o quizás salvación… LA RESILIENCIA.

 
"La experiencia es un peine que te regalan cuando ya estas calvo" (Juan Manuel Serrat).




Día 24. Dónde estás, felicidad

La felicidad es a veces una mierda o juega al escondite.
Otras, se va con cualquiera menos conmigo.
A veces, pasa a mi lado la noche
pero en la mañana me deja.
No obstante suele gritarme:
" Ríe, sueña con la dicha.
Hazle el amor a la tristeza.
Ama las penas porque son tu vida.
Olvídalas porque son pasajeras.
Disfruta, valora, reconóceme.
Ríete, aprende de la amargura, afróntala.
Entiende que todo lo que sube ha de bajar.
Y tras el fracaso encontrarás una nueva oportunidad.
Respira profundo, deléitate con tu vida.
Mientras pasa la desgracia, conócete.
Ella te enseña el dolor de las heridas.
Y cada vez te hace más fuerte."
Seguro tiene razón, está pero no sé encontrarla o no puedo alcanzarla en muchas ocasiones.
La felicidad es algo intenso, a veces ajena a mí.
Entiendo que que todos llevamos nuestros propios demonios a cuesta. Soportamos las cosas hasta resignarnos y quedamos en un eterno sopor que anestesia nuestra alma. Quizás esto sea un velo que nos impide ver y sentir la felicidad.
Pienso que la felicidad es ver la luna en la noche más oscura.
Es fotografiar el cielo
por el placer de hacerlo.
Y caminar hasta el lago
para estar a solas ante el mundo.
Sentirte alegre, única, perfecta,
Sentirte afortunada, pequeña aventurera.
Felicidad es compartir, es parte de vivir creo que solo has de sentir.
 
"Los obstáculos son esas pequeñas cosas que las personas ven cuando dejan de mirar sus grandes metas"

 
 

Dia 23. No morir en el intento

Quizás por tener mucha empatía o por ser demasiado sensible, percibo las cosas diferentes pongo mucho sentimiento en todo en cada paso q hago. Quizás veo el mundo de otro ángulo en el que veo como muchas personas desperdician sus vidas haciendo tonterías en vez de aprovechar cada momento al máximo sanamente. Viviendo al día como si el mañana no llegara.
Comprendo que hay problemas y dificultades, que si el alquiler o hipoteca, los gastos de comida, la ropa, etc.
Como ya expliqué en otra entrada, bailar como si no hubiera nadie...
Pero también hay un pero en todo, se sufre más, se es más sensible al dolor ya sea ajeno o propio.
Mi vida es como estar en una montaña rusa constante, igual  estoy riendo que llorando, igual estoy en un momento estupendo como que estoy diciendo tierra trágame.
La vida siempre me sorprende pero más me sorprende como sobrevivo a tanto subir y bajar. Llega a ser agotador que hay días que ni me puedo levantar de la cama...
Cuando perdemos a los seres queridos, cuando conocemos a gente maravillosa, personas que aportan algo en tu vida, etc. Siempre se aprende algo ya sea de un día de mierda como de un día mágico.
Es lo que más me gusta de vivir al día, la sorpresa sea buena o mala siempre es una lección, una nueva experiencia de la que sacas pues según venga lo que puedas y saques provecho.
Es la única forma que puedo sobrevivir y ver que todo tiene un lado bueno cuando se ven auténticas desgracias y no morir en el intento.
 
" Para que la luz pueda brillar intensamente, la obscuridad debe estar presente.Danny de Vito "
 
 

Día 22. Aíslo

Quiero escapar, seguir otros rumbos.
Encontrar potencial, flotar entre nubes.
Clavarme al suelo, poder dormir.
Cerrar los ojos un rato al mundo.
Soy lo que queda del polvo,
de los rayos de esperanzas
que pasan a través  del viento.
Quién  gana, el día  o la noche...
Llévame  a alguna parte lejos de aquí...
Quiero encontrar la felicidad,
desbloquear la llave de la vida,
ver más  salidas.
Me guie por la dulce melodía
que trasmitía mi agonía.
Parece que flotase a su alcance,
la vía  de mi escape...
la liberación  de la dulce canción...
La vía  de escape del mundo soñado,
del mundo ideado con mejor sabor
que el mundo de traición.
 
" El verdadero dolor es el que se sufre sin testigos."

Marco Valerio Marcial (40-104) Poeta latino.