Día 34. Recibí una lección de bondad

A veces basta con sentirnos escuchados y comprendidos para calmar nuestro dolor y ver que ese dolor lo formas tú y puedes de igual modo eliminarlo.

Hacía  tiempo que nadie me hablaba de verdad, no diciéndome lo que quería oír sino la verdad, lo que necesitaba oír. El razonamiento, el entendimiento y el apoyo que hoy calmaron digamos mi gran bajón.

Desde aquí  hoy le dedico mi entrada dándole las gracias por ser como es, una gran persona.

La única forma que tenemos para enmendar nuestros errores del pasado es luchar y poner de nuestra parte, con un poco de esfuerzo, para poder así obtener resultados diferentes en nuestro futuro.

Los insultos, al igual que cualquier comentario despectivo, pueden afectarnos solamente si nosotros lo permitimos. Al fin y al cabo, son solo eso, palabras. Y la mejor forma de enfrentarlos es con una gran sonrisa y siguiendo adelante sin dejar que nos dañen nuestra moral. Como bien me decía  demuestra lo educada que eres y el corazón  que posees y siempre tenlo presente con ser sonriente.

De lo que hemos hecho y hemos dejado de hacer. De lo que hemos soñado y de lo que hemos creído. De los recuerdos y de las pérdidas de memoria. De los cortes y golpes, de los besos y abrazos, tanto recibidos como evitados, hemos aprendido, hemos sobrevivido sin hacer de un grano de arena una montaña. pensar en soluciones no en esconder la cabeza como una avestruz.

La luz no puede iluminarse así misma porque ya es luz. Entonces para que somos luz sino es para iluminar a otros. Podemos hacer mucho por uno mismo pero también por los demás, cada uno somos únicos y especiales.

Como ante un baño, es bueno comprobar la temperatura del agua antes de sumergirse en él. No vaya a ser que esté muy frío o muy caliente.
Como ocurre con el café, cada cual sabe a qué temperatura lo prefiere.¿Le damos demasiada importancia a cosas que no la tienen?

En el camino aprendí,que llegar alto no es crecer, que mirar no siempre es ver ni que escuchar es oír ni lamentarse sentir ni acostumbrarse, querer…
En el camino aprendí que estar solo no es soledad, que cobardía no es paz
ni ser feliz, sonreír y que peor que mentir es silenciar la verdad.

En el camino aprendí que puede un sueño de amor, abrirse como una flor y como esa flor morir, pero en su breve existir, fue todo aroma y color. En el camino aprendí,
que ignorancia no es no saber, ignorante es ese ser cuya arrogancia más vil,
es de bruto presumir y no querer aprender.

En el camino aprendí que la humildad no es sumisión, la humildad es ese don que se suele confundir. No es lo mismo ser servil que ser un buen servidor. En el camino aprendí,que la ternura no es doblez, ni vulgar la sencillez ni lo solemne verdad, vi al poderoso mortal y a idiotas con altivez.

En el camino aprendí que es mala la caridad del ser humano que da esperando recibir,
pues no hay defecto más ruin que presumir de bondad.
En el camino aprendí, que en cuestión de conocer, de razonar y saber, es importante, entendí, mucho más que lo que vi lo que me queda por ver.
No me voy a dejar destruir siempre queda mi esencia, lo que soy no me lo van a robar.

"Los abrazos, besos y sonrisas sinceros siempre están llenos de amor y bondad, y la bondad es el lenguaje que los sordos pueden oir y los ciegos pueden ver.
Mark Twain."

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