Día 60. Locuras

     No es suficiente con pensar con la inocencia de los niños, tampoco pensar las cosas con tanta madurez, lo que en verdad se necesita es saber comprender lo que está a tu lado y valorarlo en los buenos y malos ratos.

     Hay tantos errores que uno comete, hay tantos problemas que existen que hasta en cierto punto sientes desfallecer queriendo que el mundo te deje solo y encontrar la paz que en vida no has encontrado, cansado del dicho de que a perro flaco pulgas.

     Sin embargo, eso no se arregla huyendo de la vida misma, eso se puede lograr rescatándonos, sabiendo qué está en juego, qué en contra, qué a tu favor. Dándote aliento, fe y esperanza, las cuales te ayudan a ver las cosas como un niño, pero razonándolas con madurez y comprensión.

      Uno no escoge su vida pero si su destino como se diría "La única llave que abre las puertas del destino es tu corazón" palabras que hacen pensar ¿estoy en lo correcto, acaso hago bien?, piensa en el daño, piensa en la ayuda, piensa en lo que más quieres y lucha, lo que importa es que cumplas tu sueño haciendo que tus problemas se vallan de una u otra forma, arreglándolos poco a poco, no te dejes vencer siempre hay una solución hasta en el problema más difícil o más duro. Al menos hay la mejor forma de sobrellevarlo.

    Nunca estarás solo… tengas o no tengas amigos sinceros, no importa, nunca te quedarás solo, porque lo veas o no, siempre hay alguien que está a tu lado apoyándote.
Estoy cerrando la reflexión de hoy, razonando mis problemas, riéndome de mis locuras o saboreando mis victorias. simplemente extendiendo la vida tal cual viene.


Día 59. ¿Qué es el dolor?

     Sentir el filo del mundo, justo antes de la entrada al infierno y decidirte a saltar. Cuando has escuchado a la voz de cuan cobarde, falso e hijo puta te salpica, y descender...

     Es la travesía de recorrer por aquel sector de la realidad que negamos, guiados por un único deseo, el de que todo acabe.

      Es el encuentro entre nuestro ser valiente y sincero con el diablo rencarnado en hombre, que se cree dueño de nuestros deseos, nuestras pasiones, al que no ves sino como un miserable condenado a vivir en tierra de nadie, cuya vida es tan miserable y asquerosa que trata de robarte la tuya.
Es tomar el lugar del diablo y dejar que este vuele libre y sea feliz, mientras nuestra existencia se carcome aún más por sus fechorías.

     Es encontrarse con el vacío y el miedo, cuando vemos el fruto de su obra, que en mi cruzada se convierte. Soportar sus burlas, amenazas, e ilegalidades, es cuando te ves rodeada entre sus hipocresías, las cuales sepultó allí, en el infierno que te creó.

     Es reencontrarse con la soledad y lamentarse... Es gritar, clamar, patear, romper... Inclusive, buscar a un igual en las tinieblas, ofrecerte como una sierva para que lo venza. Es perder la esperanza...Sentir como nuestra jaula se crea y se pierde la llave. Es el robo de una vida con total impunidad. Todo tiene límites que no se deben de cruzar.




Día 58. Sueños

     Soñé con aquel estanque junto a la vieja casa, brillaba con orgullo señorial los días soleados y el bosque frondoso parecía arder en llamas desde la ventana de mi cuarto.
Por eso, ese día, fue como si todo ardiera en un fuego que jamás se apagaría. Los recuerdos de esa tarde se agolpan en mi mente como luchando por salir, pero yo los sigo manteniendo dentro como pájaro cautivo que ha perdido sus plumas en un intento desesperado por salir volando.

       Recuerdo que todo empezó como un sueño. Recuerdo la luz dorada que se inmiscuía entre las hojas de los árboles, que se movían desesperadas por el vaivén de un aire gélido de finales de otoño, para oír mis murmullos. Realmente me pasaba el día sentada junto al estanque. Yo ya llevaba mi sombrero y mi abrigo de invierno y reflexionaba mientras la vida pasaba. Hasta el día en que todo acabó. Ese día llovía y las hojas, rojizas, eran como el fuego que resiste.

     Ese día nació el miedo. Ya no hubo más risas, ni más sueños y todo lo que recuerdo es que el bello jardín con su arboleda se convirtió en una masa uniforme de malas hierbas y ramas caídas. Recuerdo lo que no recuerdo y quiero recordar. Recuerdo que hay estanques en mi mente que nunca se podrán llenar. Recuerdo eternos silencios y que mi alma se incendiaba en un fuego abrasador.

      Murió cualquier recuerdo, sueño o esperanza que mi alma pudiera albergar. Se marchó la joven de cabellos de miel, se marchó. El tiempo, la edad y los largos años la hicieron desaparecer.
Y ya no puedo encontrar su aura dorada. Se marchó mi pequeño tesoro de pies ligeros, risa fresca, y cabellos de oro.


     Se marchó la joven que reía y que jugaba, que bailaba y que soñaba
se murió porque yo no vi que se me escapara. Quizás fue que maduró y me asustó. Muéstrate al menos, una sola vez, como aquella joven que en su día fue, déjame abrazarte y decirte cuánto te quiero, cuánto te querré sé que perdiste la luz del más brillante lucero. Quiero recobrar lo robado. Ábreme los brazos, mi joven,


     ¡ Deja que te muestre mi amor ! Es hora de darte un descanso y aliviarte el miedo. que realces tu vuelo en total libertad porque sola quedaste para el temor borrar.


Día 57. Silencio

     No podemos olvidar que las semillas de las palabras, fructifican cuando, tras caer
en la fértil tierra del silencio, reciben la lluvia mansa de la reflexión serena.

      Por eso, para saborear los colores, los sonidos y los brillos, necesitamos el silencio en soledad. Pero también hemos de callar con el fin de lograr clasificar el significado de las diferentes explicaciones de los silencios.

     Al final son tus palabras las que has de soltar. Las palabras a veces no salen sino resuenan dentro de ti, acumulando nuevos silencios.


     Quizás no las pronúncies sino que las escribes y así reflexionas sobre lo que sientes. Las palabras salen poco a poco de tu corazón, para no acumularlas en tu mente y tu alma y no poder soportar.
Palabras que quizás robaron tus sonrisas o enmudecieron tus labios.
Deja esas palabras en silencios compartidos.



Día 56. Aire

Cuando sientas que te asfixias,
no desesperes ni sucumbas al andar.
El futuro se construye a cada paso y por él debes luchar.
La batalla siempre es cruenta
y la fuerza te parece abandonar.
Pero vive cada día
y no permitas que el dolor
sea el verdugo de tu libertad.
Y en los momentos más duros, no sé si es dolor aquello que siento o si tal vez me abandona el sentir. Pero el dolor, nos invita a luchar, fortalece nuestro carácter y nos da vida para cambiar, para olvidarnos de las heridas, para limpiarlas aunque no sanen.
Pero si lo ignoras o te acostumbras a vivir con él, hace que se pierda el sentido del existir, hace que optemos por esas posibilidades más sencillas de alcanzar, aquellas que no elegimos a voluntad sino aquellas que se cruzan en el camino, quizás el miedo te puede o simplemente te dejas llevar por esa fuerza que no te arrastra, por esa tenue corriente a la cual te entregas para que decida por ti. Te entregas al Destino sin luchar por forjarlo a tu manera, te dejas vencer sin empuñar tu espada y es que las ganas de luchar te abandonaron hace tiempo, tu vida se escapa sin que te importe, te conviertes en un esclavo más de las circunstancias.
¡Abre los ojos! La vida no es para dejarla pasar… la vida es para vivirla, para afrontarla y lucharla. No te dejes vencer sin pelear y si en el camino has de caer, lo cual tarde o temprano sucederá, levántate mil veces y vuelve a luchar, tu vida te pertenece, tu la forjas a tu manera y eres quien decide el nuevo paso, la nueva ruta a seguir. Las personas vienen y se van, solo quedas tú. El dolor es un compañero más en este viaje, uno que te recuerda constantemente lo dulce de la victoria, uno al que debes vencer, pero no esperando extinguir su fuego para siempre, sino al que deberás derrotar para sentir nuevamente la fuerza en tus manos.
Despierta, mira a tu alrededor, no temas a lo que se oculta en las sombras, no escapes a lo desconocido, afronta con valentía cada reto y cada día busca nuevos desafíos que te ayuden a avanzar en pos de la llama eterna, la llama de tus sueños, aquella llama que brilla en tu interior y te hace sentir vivo. Aquella que por más tenue que se encuentre, no se extinguirá mientras sigas vivo, aquella misma que brillará mas allá de tu ser cuando alcances cada meta que te propones… aquella que te hará sonreír y darte cuenta que en verdad existes.





Día 55. Derecho


El que siente en su pecho

que las penas afloran
tiene todo el derecho
de llorar y sufrir.
El que calla su llanto 
callará su alegria,
el simétrico opuesto de reir es llorar,
como el sol y la luna
es la noche y el dia.
Cuanto más has sufrido
más aprendes a amar. 
Si contara los golpes
que me ha dado la vida
y las puertas que nunca
me quisieron abrir
seria enorme la suma
de la inmensa medida
de castigos y engaños
que aprendi a resistir.
Cada "NO" que escuchaba
se creció en mi memoria
y jamás el orgullo
me dejó claudicar,
si al final del camino 
encontré la victoria
se lo devo a una cosa
La palabra...
INTENTAR