Día 67. Cuando ser fuerte es la única opción

    Ante todas las enfermas mentes que este mundo esconde, 
ante la desidia del cielo por hacernos caer en la oscuridad, 
donde las almas nacen y mueren, huyendo de sus horrores. 
     Varados ante los límites de una extraña y temible realidad.
Ruego aún al cielo y a este gran infierno que no se me lleven. Y que me sea permitido a pocos instantes de morir en paz narrar la travesía de mi alma en una rara y seca historia. 
     Historia que aún lloro con nostalgia y recuerdo con intensidad. 
Sé que la coincidencia tal vez se hizo presente, y que mis sueños quisieron algo más encontrar; solo mi sed de deseos (temible) añoraba saciar y el alma abrió los ojos como cuando el miedo se presiente. 
     Las voces en alto comenzaron pronto a marcar
la veracidad de un cercano y misterioso futuro, del que no me había nunca percatado pero del que sin duda quería formar parte.
     Pues, en el inicio del delirio, pensamiento diurno, las melodías de nostalgia comenzaban a volar. 
     Qué significa la noche que intenta escapar
de su propio origen hacia la Tierra de Nunca Jamás...
     Esta quimera vagabunda, ansiosa de poder crear de imaginar, de escribir, de ver y vivir, es una ilusión que nunca ha de resistir
solo los motivos de conseguir escapar han de contar.
     No hacia un donde, si no de un algo, 
Algo o alguien que le ha intentado asesinar. 
     Digo y respondo a esta verdad 
Si acaso existe lo que veo, lo que siento... 
Dime que a mi propia alma no miento;
Voy y respondo por el ocaso del invierno
     Donde el recuerdo jamás se congelará. 
Y comienza nuevamente una singular canción, 
     Donde afirman maestros de grandes soñadores 
Que la noche es la luz de locos, perdidos y pecadores;
     Pero esa, la luna eterna es solo su propia redención. 
¿puedes escuchar ese coro que resuena? 
Sé que estoy más allá de una ligera inexistencia, 
     Fuera del compás, del cielo, de la luna y las estrellas, 
Muy cerca del espejo, reflejada en tí, mi demencia... 
     Nunca has de zarpar por este llano de traición, 
En un mundo que idolatra con fervor las penas, 
Más cerca está la hora en que dejes de ser una visión, 
     Como el día en que me miré perpleja por vez primera. 
Caeré, y ante todos los posibles sufrimientos
con bondades y añoranzas he de curar, 
y si la única manera, he de acabar enloqueciendo con todos mis recuerdos me habré de alimentar... 
     ¿Cómo puedo asegurarme  de que aún no duermo?
¿Acaso he visto en rumbos la  triste realidad?
Intento ignorar a mi propia razón, 
y en la noche la asesino sin compasión
     Ya Sé perfectamente que no es el inicio, ni siquiera el final, bajo mi alma y mi cuidado mi esencia descansa, mi vida continúa, mi hora no ha llegado. Ser fuerte es mi única opción.



No hay comentarios:

Publicar un comentario