Día 70. Venceré

Hoy me levanté extraña, como si mi cuerpo fuese un extraño invasor que atuase por libre su propagación. Por mucho que me resista gana todas las batallas. Siempre consigue lo que quiere.
   Mis ojos amarillentos por el cansancio, recuerdan y anhelan una noche entera de sueño. Mis reflejos ya torpes y en desuso, reclaman el aliento de tiempos gloriosos donde el instinto no fallaba.
   Mi piel, cada vez más apagada, supera la palidez en sus estancias.
   Mi mente se vuelve lenta, divagante por alboleras para evadir la realidad.
Son pasos gigantes a la madurez y cansancio de muchas experiencias o terrores teloneros de recuerdos.
   Soy hija del insomnio, padezco del mal de la luna, la noche es el verdadero comienzo de mi día, porque con las estrellas y los sueños, solo puedo mantener mi guía.
   Soy hija del manto oscuro, solo sé caminar a través de una fantasía.
Que los monstruos y los seres nocturnos me vigilen, soy su esperanza y pesadilla.
   Solo yo, solo aquellos que vemos cuando los demás mantienen los ojos cerrados, volvemos de los cuentos, las historias y los deseos imposibles una realidad, para que cuando aquellos que duermen abran los ojos, vean que algunos, somos hijos del insomnio, y nacimos para volver los sueños realidad y las pesadillas aniquilar.´


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