Día 68. Despertar duro


Un comezón y no puedo rascarme,
algo tira desde ambos extremos de las cuerdas de mi ansiedad.
Las voces de mi cabeza gritando.
He estado callada por mucho tiempo, 
las serpientes reptando dentro de mi abdomen.
Demandan que mis pensamientos sean escritos, mis ganas por algo de tranquilidad se arrastran entre mis costillas y se enroscan alrededor de mis pulmones.    
Furiosos colmillos desgarrándolo desde adentro hasta que su veneno empieza a brotar desde sus venas, a través de mi pluma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario